sábado, 22 de noviembre de 2008

Un cuento para Canterville


... y fue cuando el amor primaveral entró al otoño cuando Jill acepto la oferta de su madre, esa oferta incluia una vida sin preocupaciones y perder el tiempo en aulas y en instituciones que le enseñan a uno a ser parte del rebaño por los siglos de los siglos a cambio de una quimera de vida.
Juan conoció a Jill una tarde cuando escuchaba discos donde el griego Fernán, el griego vivía en una especie de vecindad en un cuarto pequeño repleto de albumes de diferentes estilos musicales, se dedicaba a preparar y vender jugos de frutas en un puesto junto a la entrada de la vecindad. Juan y el griego escuchaban jazz y conversaban casi siempre de temas poco trascendentales cuando un dia Juan vió por entre la puerta semi abierta de la casita del griego a Jill, le preguntó al griego sobre aquella joven y este le contó lo mucho o poco que sabía sobre ella, que vivía con su madre, una hermana menor que ella cuyo nombre desconocia y que el padre trabajaba en un barco mercante al cual no conocía ni tenia referencias más alla de los rumores del vecindario.
Juan se quedó pensando aquella tarde en esa cara afilada ruborizada y delicada.
El griego era un hombre solitario, enigmatico y amante de las artes en especial la música, apesar de la diferencia de edades a el le agradaba la amistad de Juan.
Ellos se conocieron un dia en que Juan mientras tomaba el jugo de frutas en el puesto del griego se quedo mirando un dibujo que estaba pegado en el vidrio del mostrador en aquella imagen aparecia una figura como de un rey con su corona rodeado de angeles en forma de circulo sobre nubes y con el fondo oscuro, aJuan le pareció fascinante ese dibujo y le preguntó al griego acerca de ese detalle del mostrador a lo que el griego respondió que era un dibujo sobre el juicio final segun los evangélicos y asi dando inicio a una larga conversación teologica que sería el inicio de una amistad.
A partir de aquella tarde en que Juan vió por primera vez a Jill las visitas al griego aumentaron en frecuencia tanto para escuchar música como para ver si se la encontraba nuevamente y tal vez poder contemplarla mejor.
Para esa época Fernan el griego habia conseguido el disco The Freewheelin' Bob Dylan y se hablaba mucho de politica y religión 2 temas fundamentales para cualquier ser humano...

martes, 18 de noviembre de 2008

Un cuento Cantado para Canterville

Luego de un dia de caminar entre ruinas y escombros Juan cogió de la mano a Jill y emprendieron el retorno al escondite donde habitaban por esos dias con los demas amigos, Jill habia dejado su casa harta de las normas estrictas de su madre y se habia unido al grupo habitual de amigos a un viaje de aventuras y pensaba que todo eso no podia ser cierto que su situación y su edad no le permitian aspirar a nada concreto pero que no soportaria mas un dia con su madre.
Juan permanecia mirando por la ventana aquellos cerros dormidos,
mientras miraba aquel paisaje sentia que algo extraño pasaba con el, sentía tristeza por su futuro incierto y a la vez una profunda y repentina ilusión. Tengo una vida de pobre tambien pensaba Juan.
Jill se acercó y preguntó: ¿Qué miras?
No lo sé respondió Juan como despertandose de un sueño y mirandola se enamoró por primera vez como si de pronto se diera cuenta de que lo que tanto buscaba estuvo siempre a su lado y recien se habia dado cuenta de aquello entonces pensó que el momento era más que romántico y la tomó del brazo, acercó sus labios hacia ella y recibió como respuesta un movimiento brusco y defensivo. Jill habia rechazado de manera incomoda el beso suicida de Juan.
QUe estaba pensando para hacer eso se preguntaba imaginariamente Juan y trataba de reconfigurar la situación y explicarse. Ante la batalla perdida un desconcertado Juan trato de imaginar que nada habia pasado recostandose en la mecedora de madera junto al tocadiscos mientras este sonaba tristemente las notas de yesterday. Juan no podia creer que habia echado a perder un dia hermoso de aventuras y de sol fresco y trataba de borrar el incidente de la ventana y lamentaba su vehemencia y su tantas veces reprimida voluntad y en esos lamentos Juan parecia estar dormido o al menos descansando.
Jill miraba en el reloj las 15 con 23 y sentia una confusión agradable mientras se le arremolinaban los recuerdos de ese dia, su madre y el atrevimiento de Juan como punto culminante, miraba descansar a Juan y escuchaba la música junto a el y pensaba en Juan una y otra vez.
La mecedora lentamente se balanceaba cuando de pronto Juan sintió una tierna frialdad en su brazo y pensó que estaba aun imaginando y luego se dió cuenta de que todo era real cuando despertó en los labios de Jill.
Ella no pudo contener la pasión por acariciarlo y besarlo, mientras Juan descansaba ella se acercó lentamente y le tomo del brazo acercando sus labios hacia los de el y concluir repitiendo casi susurrando !Te quiero!
El ruido vacio del disco advertia lo que estaba sucediendo, Jill besaba apasionadamente a un confundido y penitente Juan.
Ese dia se confesaron amor eterno y juraron no separarse jamas...
(to be continued)

miércoles, 12 de noviembre de 2008

El alcohol en mi

Recuerdo cuando a los 19 años me embriague hasta el limite de la conciencia y todo parecia tan facil, nunca le agarré mucho afecto a la cerveza mas por el contrario siempre me pareció una bebida refrescante al comienzo y agria e inpasable despues de ahi mi afición al vino y ciertos tragos melifluos, de mi época de estudiante puedo jactarme de mi resistencia a los licores en las consuetudinarias reuniones en algun parque (llamese plaza francia o rancia)
, o bar de mala muerte en la cual brindabamos hasta el final para luego al dia siguiente seguir brindando por excusas y ficciones de la edad. De esa época recuerdo aquella resistencia fisica y mental frente al alcohol y recuerdo esto por que ahora que lejos de ese ritmo endiablado y con menos alcohol en la sangre sufro de unas terribles resacas como nunca, como si fuera una maldición cada vez que me embriago el castigo matinal punza mi cabeza y descompone mi cuerpo como si fuera un dragon al cual siempre me enfrento a sabiendas de mi derrota. Pero aun asi no hay mejor pasatiempo que conversar con alguien acompañado de una (s) botella (s) de vino y música agradable. por eso desde un rincón del mundo brindo contigo. Salud!